El Rugby Club Akra de Alicante está de enhorabuena. En el campo Juan Antonio Samarach, donde juegan y entrenan, han comenzado los trabajos de instalación de un nuevo césped artificial. El antiguo había quedado obsoleto y necesitaba un cambio en una instalación que es la única de la ciudad homologada para partidos oficiales.
El presidente del club, Manolo Cano tiene claro que era una necesidad que parece que va a tener solución. “Estamos muy satisfechos, era una realidad que el campo necesitaba un cambio y es de agradecer la voluntad del Ayuntamiento y su concejalía de Deportes para que ese nuevo césped este muy pronto preparado para poder jugar a rugby”
Lo cierto es que la instalación de propiedad municipal no es de uso exclusivo para el rugby. El club ha estado en continuo contacto durante los últimos meses con los responsables del campo para que se tuviera en cuenta, a la hora de poner el nuevo césped, que allí se juega a rugby además de a otros deportes. “Hemos hablado con la empresa que va a instalar el césped así como con los técnicos del ayuntamiento y todos vamos en la misma dirección. Queremos que la instalación mejore y la práctica de deporte sea mejor” asegura el presidente del Akra.
En ese aspecto sentido desde el club se ha insistido en que con la nueva superficie se apuesta por la seguridad para los jugadores. “Se trata de mejorar y apostar por la protección de los deportistas. El antiguo césped, además de gastado por el uso era excesivamente duro ya que estaba instalado sobre cemento. En este nuevo se trata de adecuarlo a los nuevos materiales en todos los aspectos” afirma Manolo Cano.
En principio y si todo va según los plazos previstos el nuevo césped estará listo en septiembre. La ilusión del equipo alicantino es poder estrenarlo con el equipo en la DHB ya que tienen pendiente el partido final de la competición territorial que daría paso a la fase de ascenso. “Sería un sueño pero todavía queda mucho camino, el objetivo es seguir trabajando y creciendo. Mejorar la instalación ya es un paso adelante” concluye Manolo Cano.